Se
podría decir que existen ciertas condiciones de salud que “benefician” a un
sexo frente al otro. Mujeres y hombres tienen anatomía, preponderancia de
hormonas y genes diferentes. Estas diferencias, además de influir en los tratamientos
a tener en cuenta y en los síntomas que se experimentan, también afectan en la
susceptibilidad para desarrollar determinadas enfermedades.
Hay
condiciones absolutamente cercanas y asociadas a las mujeres que tanto
pacientes como médicos ni siquiera se molestan en considerar como un posible
diagnóstico para hombres. No obstante, hay dos enfermedades que cada vez con
más frecuencia empiezan a cruzar la barrera entre los sexos.
Se sabe
que los niveles bajos de testosterona y altos de estrógeno juegan un papel
principal en el desarrollo del cáncer de mama, aquellos hombres que puedan
presentar algún tipo de anormalidad que involucre a los testículos y que tengan
problemas de fertilidad están con un mayor factor de riesgo para desarrollar la
enfermedad y, al igual que en la mujer, es el estrógeno el que resulta más
relevante.
Siguiendo
con las enfermedades más comunes de un sexo que de otro, otra enfermedad a
considerar es el lupus sistémico erimatoso.
El
lupus tiene una incidencia, igualmente, mucho mayor en mujeres que en hombres,
aproximadamente 9 de cada 10 afectados son mujeres, aunque está claro que no
tienen la exclusividad. Hablamos de una enfermedad autoinmune cuyos síntomas
afectan a todo el organismo. Este tipo de enfermedades se desarrollan porque el
organismo genera una respuesta inmune
inadecuada contra sus propios tejidos u órganos, deja de reconocer como propios uno o varios componentes del
organismo o tejidos y crea anticuerpos
para atacar los órganos, células o tejidos del propio cuerpo. El causante de
esta enfermedad es desconocido aunque hay condiciones médicas y algunos
factores ambientales que pueden favorecer, en personas genéticamente
susceptibles, esta condición.
Son
consideradas, las diferencias de género en cuanto a las hormonas y los genes en
la explicación respecto a las disparidades entre sexos con lupus aunque el
panorama es más turbio que con el cáncer de mama. Los niveles anormales de
estrógeno o testosterona no son los causantes de los hombres con lupus (aunque
no lo tienen del todo claro), al parecer los hombres que tienen lupus
metabolizan éstos (el estrógeno y la testosterona) de manera diferente, lo que
les hace más propensos al desarrollo de esta enfermedad.
Los factores de riesgo, igual para mujeres que para hombres, son: las drogas recreativas, el estrés emocional provocado por traumatismos o cirugías, infecciones virales o bacterianas, ciertos tipos de medicación, sobre todo los de sensibilidad solar y la radiación solar.
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