Es bien conocido que las ostras son probablemente el afrodisíaco más conocido por todos nosotros aunque probarlos por primera vez pueda parecer poco alentador. La primera vez que las probé estaba aterrado. ¿Qué sabor me tendrían? ¿Qué textura iban a tener? ¿Habéis visto las ostras de cerca? La verdad es que no invitan a que las probemos.
Pensé en cómo hacerlas, quería una receta sencilla sin complicaciones. Así que me decidí por hacerlas a la parrilla con mantequilla.
Pero claro, en teoría son las ostras crudas las que tienen propiedades afrodisíacas y no cocinadas. Así que tenía que intentarlo. Y lo hice, me encontré con una explosión de sabor y una textura que me gusto.
Pasemos a ver el porqué de estas propiedades afrodisíacas. Pues bien el principal motivo es que en su composición presentan zinc, que está estrechamente ligada a la producción de testosterona en el organismo de los varones y este tiene un efecto muy positivo en el aumento de la libido y el deseo sexual.
Aumenta la fertilidad masculina aportando mayor movilidad a los espermatozoides, es un buen elemento para mejorar la fatiga y potencia el sistema inmune.
Además tienen tirosina que es un aminoácido muy importante para nuestro cuerpo. Este aumenta la dopamina del cerebro que es de vital importancia en el aumento del apetito sexual.
Es un buen alimento con un alto nivel nutricional aparte de ser un afrodisiaco natural. A parte de los componentes vistos con anterioridad también presenta en su composición además yodo y la vitamina B12, que son elementos que aportan energía a nuestro organismo.
El yodo contenido en abundancia en las ostras es el regulador de los niveles de energía y del normal funcionamiento de las células, del nivel presente de colesterol en nuestra sangre y fortalece las uñas, el cabello y la piel.
Hay mucha gente en el mundo que pone en duda el poder afrodisíaco de este molusco. Bien sea por apariencia parecida al órgano sexual femenino o bien debido a la presencia del zinc en su composición siempre se ha dicho que es el marisco afrodisíaco por excelencia.
Cierto o no, la mejor prueba es probarla. Una cena romántica con ostras en el menú, velas, música relajante, algún aroma que nos invite a relajarnos nos dispondrá para un buen encuentro sexual con nuestra pareja o compañera.
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